Al día siguiente nos dirigimos el Refugio de Verdes (en Coristanco - Carballo), un lugar muy escondido y al que cuesta acceder, no por el mal estado de la carretera sino porque no está señalizado y en el GPS no aparecía, había que ir preguntando a los lugareños. Después de 2 horas y 15 minutos aproximadamente llegamos. El Refugio de Verdes es un coto de Pesca que a la vez es una pequeña reserva natural, se compone de molinos, puentes de madera, merenderos de piedra, vegetación... Fue sin duda, junto a Combarro, los dos lugares de mis vacaciones en Galicia que más me gustaron. Lo tienen muy bien cuidado, cada rincón es una maravilla, dan ganas de fotografiar cada detalle porque todo tiene encanto. Eso sí, solo se aconseja visitarlo en días muy soledados porque hay tanto árbol frondoso que apenas entra luz. No hay que pagar ni entrada ni parking.
Antes de comer fuimos hasta Santiago de Compostela, mas o menos a 1 hora de camino desde Refugio Verdes. En Santiago visitamos lo principal, el casco antiguo. La Catedral daba gusto visitarla porque en esas fechas apenas hay tanto turista y no había cola para entrar a visitarlo.
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